lunes, 15 de julio de 2013

¿Es tu hijo bueno?



¿Os suena la pregunta, tu hijo es bueno?


Bebé de 11 meses cumpliendo las expectativas de un cuidador que quiere que coma


Bebé de un año que se revela a las intenciones del cuidador.




Los niños no son buenos ni malos, son más tranquilos o más inquietos, mas impulsivos o menos, mas dormilones o menos, son más comilones o menos. Es como si a un adulto que come poco, le gusta hacer mucho deporte y canturrea mientras friega los platos, que pide siempre los favores que necesita porque no puede hacerlo el solo y cuenta con una familia muy dispuesta, se le dijera que es malo. Malo incluye la acepción de travieso o enredador, pero también la de que carece de bondad y va en contra de la moralidad. Como el lenguaje expresa significados, hay que ser delicado cuando nos expresamos, sobre todo en lo que se refiere a construir a una personita. No es trivial el uso de la palabra, y en este caso es muy significativo ¿porque cuando un niño come poco, o cuando se mueve mucho o cuando no duerme mucho en nuestra cultura se le atribuye una intención negativa?. Esto tiene sentido porque el poder regular los estados de inquietud del niño construye el amor entre el bebe y su padre o cuidador. El acunarle y dormirle da una sensación de satisfacción, de comprensión, de entendimiento, de cercanía, el acariciarle y tranquilizarle, el que se apoye en tu hombro, el que coma con interés la comida que con tanto esfuerzo le has preparado te hace sentir que lo has hecho bien, que le estas alimentando bien, que te agradece tu esfuerzo. No es que el niño sea malo sino que hay una mala comprensión del niño que tal vez tenga un temperamento fuerte o tal vez no se le haya sabido calmar.


Por otro lado se dice malo a quien me molesta, ocurre también entre adultos, solemos interpretar que cuando alguien no te saluda por la calle es un antipático o cuando un coche te adelanta por la derecha es un macarra, atribuyendo el origen de este comportamiento a un rasgo interno, cuando puede ser que no salude porque está preocupado y adelante por la derecha porque tenga prisa. En los niños ocurre lo mismo, como me molesta que el bebe no duerma cuando yo quiero comer, o corra por todos lado cuando yo quiero descansar o no coma lo que me ha costado tanto cocinar pues decimos que se porta bien o mal, que es bueno o malo. Pero tal vez ese niño que no come tanto y que no duerme tanto, sea así por sus propios ritmos biológicos, porque hay niños que disfrutan más con las sensaciones y niños que prefieren más interactuar, hay niños que su línea base es la relajación y no les cuesta nada dormir y niños que están mucho más activados y les cuesta mucho más relajarse y lloran mientras se relajan o para relajarse, para soltar esa energía que les impide dormir.



Por lo tanto porque no preguntamos mejor: ¿Es tranquilo tu hijo? ¿Te resulta fácil la crianza? ¿Come o duerme bien? Sin entrar en juicios o calificativos hacia él bebe y asumiendo nuestras emociones de rabia, cansancio, frustración cuando él bebe tiene un temperamento más difícil y asumiendo la responsabilidad de tener los recursos suficientes para comprender y regular al bebe.




viernes, 11 de enero de 2013

¿Cómo desarrollar la asertividad y la empatía en los bebés?

Satisfaciendo sus intereses bebes de 7 y 10 meses en Nacen Soles, hogar de Madre de Día..


Para que de mayores sepamos buscar lo que queremos y satisfacer nuestras necesidades, hacer lo que nos apetece. Para  no estar perdidos, sin saber qué queremos, cediendo ante las apetencias de los demás, dóciles y sumisos pero a veces con rabia por dentro; y otras con rabia expresada queriendo imponernos porque cedimos tantas veces que tenemos mucha frustración e inseguridad acumulada. Para que esto no ocurra, hay que desarrollar la asertividad y esto comienza cuando tenemos meses. Parece mentira ¿verdad? ¿Tan pequeños? Sí, tan pequeños.
La asertividad es la capacidad de satisfacer nuestras necesidades, de defender nuestro punto de vista, de expresar nuestros gustos o apetencias sin caer en la agresividad. Expresándonos sin ser sumisos. El clásico “me da igual, como tú quieras” o quedarte escuchando a alguien cuando tiene prisa en vez de decir “perdona que te interrumpa, me tengo que ir que tengo prisa” o esperar a que te devuelvan algo que prestaste sin atreverte a pedírselo en vez de “amigo, creo que te presté esto, ¿verdad? ¿Me lo devuelves? “
Cuando un bebé quiere tirar un sonajero al suelo porque le da gran placer ver como cae, saber que ha sido él el artífice de ese efecto  y le decimos que no, puede reaccionar tal vez sonriendo y camelándonos mientras que lo tira pero a la silla en vez de al suelo. Ante esta negociación tan hábil, su padre cede y sonríe a su bebé. Este ejemplo  demuestra cómo el bebé no se resigna  y  hace lo que quiere, pero también satisface el deseo de su padre; por otro lado su padre es flexible y cede en un punto medio. Esto permite que los bebés no se rindan ante los límites que les ponen los adultos y busquen formas integrativas de satisfacer sus deseos, que no son caprichos sino impulsos para el desarrollo. Habrá situaciones en las que no habrá negociación, por ejemplo cuando se quiera tirar de la silla, eso es no y punto porque va en contra de su seguridad, pero hay muchas situaciones en las que se puede negociar y esto permite desarrollar la asertividad de los bebés.
El otro rasgo a desarrollar sería la empatía. La situación en la que un bebé no desarrolla empatía es cuando la madre/padre/cuidador habitual entregado y sufridor, le da todo lo que quiere cuando lo quiere sin tenerse en cuenta a sí mismo. El aprenderá que los demás son instrumentos y no personas con sus propias necesidades. Para desarrollar la empatía tiene que ver que a veces sus deseos no se cumplen porque otro está satisfaciendo los suyos. También es bueno implicarle en las necesidades de los cuidadores o padres y pedirle colaboración. El polo opuesto es la madre autoritaria que quiere que su bebé se adapte por completo a su vida y necesidades y por tanto no ve las de su bebé y le deja sin asertividad.
Encontrar un equilibrio es difícil, hay momentos en los que no podemos satisfacer la necesidades del bebé; entonces lo que es muy importante es explicarles que sabemos lo que necesitan, lo que piden, pero no podemos satisfacerlo en ese momento, esto es importante cuando ya entienden lo que les decimos, incluso antes, porque entienden el mensaje a nivel emocional.
Tener presentes estas dos habilidades a desarrollar en nuestros bebés aumenta la consciencia del proceso educativo. Podemos equivocarnos y rectificar porque ya somos conscientes. Porque es más importante ser consciente que perfecto.

martes, 3 de julio de 2012

Ama y haz lo que quieras


¿Cómo pensáis que crecemos con una autoestima sana? ¿De qué depende?
Básicamente del amor. Pero, ¿qué es amor? Unos lo entienden como una una unión indisoluble, otros como alguien que me salve, otros como salvar a los demás, otros como hacer todo por alguien, otros como disfrutar del otro sin preocupaciones, otros como admirar la existencia del otro ser libre, otros como decidir apoyar a otro en su crecimiento vital…

La forma de entender el amor de cada uno se observa en cómo actuamos con las personas más cercanas: padres, hijos, abuelos, hermanos, amigos, pareja…
¿Cómo soy con esas personas? ¿Cómo es mi amor? ¿Me siento incompleto sin ellos? ¿Quiero cambiarles a todos? ¿Creo que son infelices y les salvaré? ¿Creo que me salvarán porque soy infeliz?

Para amar hay que ver a la persona amada como es, esforzarnos por conocerle de verdad. En el caso de la educación hay que descubrir cómo son los niños con los que trabajamos, cómo es su temperamento, qué es lo que le cuesta y que es lo que le resulta más fácil. Tenemos que descubrir su potencial, no minimizar sus capacidades. Si pensamos que nosotros somos sus salvadores, porque eso nos hace sentir bien a nosotros, estaremos impidiéndole un crecimiento sano y le privaremos de que se sienta capaz, fuerte y autónomo.

Partiendo de las bases de cada uno, de nuestro temperamento, de nuestras dificultades y nuestras capacidades,  de cómo entendemos el amor, podemos empezar a crecer en el amor. Os presento formas de lograrlo y sus contrarios. ¡Crezcamos nosotros en amor para ayudar a los niños!

TOXICOS DEL AMOR
VITAMINAS DEL AMOR
1. No decir al otro que se le quiere
Decir al otro que se le quiere
2. Guardar rencor y no perdonar
Perdonar y olvidar
3. Fijarse solo en los defectos (no quererle como es sino ver cómo nos gustaría que fuera)
Fijarse en las virtudes y valores
4. Jugar con el amor del otro (darle celos, no cuidarle…)
Asombrarse cada día de tener al otro al lado
5. Mecanizar las relaciones y no tener detalles
Disfrutar de los detalles y tenerlos
6. Ni reírse nunca
Contagiar alegría, sonreír, tener buen humor, ser positivos
7. No decirle nunca al otro lo bien que hace algo
Admirar y respetar al otro
8. Ignorar al otro
Esccharlo
9. Ser infiel al proyecto común
Compromiso con el proyecto común
10. Cerrarse a los demás
Abrirse a los demás
11. Juzgar las intenciones del otro
No juzgar las intenciones
12. Acostumbrarse al amor del otro
Valorarlo cada día
13. Ser el padre/ madre del otro
Respetar al otro como lo que es, una persona adulta y responsable
14. Utilizar la ironía, grito o ridiculización
Respetar las formas
15. Dudar, desconfiar, pensar mal
Confiar en que siempre se puede contar con el otro

                                                                                                             Marta Guardiola y Marta Álvarez

miércoles, 6 de junio de 2012


¿Pequeños habitantes de este planeta o cachos de carnes con ojos?

Cuando le cuento a la gente que trabajo en una escuela infantil, en una guardería* para que nos entendamos, la gente me pregunta cosas como: ¿Y que haces con ellos? ¿Les entretienes? …También me han dicho colegas de profesión psicólogos,  ¿y que haces ahí? ¿Pero querrás ser psicoterapeuta?
Cuando he hablado con gente a cerca de la decisión sobre el mejor colegio, lo importante es a partir de los seis años, pero antes, ¡que más da la decisión!!
Cuando pensamos en las consecuencias en niños pequeños de que los padres se separen nos viene a la cabeza: “que más da, si son tan pequeños que no se enteran…”
Mis compañeras de trabajo están encantadas por las condiciones de trabajo, porque solo nos toca a seis niños de 1 año por persona y esto comparado con las escuelas publicas, privadas esta genial. Nos da tiempo a cuidarles, y darles de comer y limpiarles el culete…si…
Cuando he escuchado al ministro de educación de turno decir que las escuelas infantiles no son educación sino solo conciliación familiar….
Cuando te enteras del nivel de formación de muchos de los “profesionales” que están “educando” a los niños en las escuelas infantiles, su poco interés por la formación continua y la continuidad de sus puesto de trabajo con estas carencias…

Me desmoraliza el concepto que existe, y que yo también tendría si no hubiese tenido la oportunidad de trabajar con niños y aprender de grandes personas, profesionales, que realmente saben de esos extraños habitantes de este planeta, estos  pequeños que hay que conocer para entender y querer. Pero para esto necesitamos modelos, personas que nos abran la mente, que nos digan y nos muestren con su ejemplo todas las capacidades de los niños pequeños, como comunicarnos con ellos y ser los andamios donde se apoyen para crecer a todos los niveles sin amputarles esta posibilidad porque creemos que no pueden y por esto, no lo harán. Nuestras expectativas les limitan.

*En la escuela infantil se educa, en la guardería es donde se "guardan por ejemplo los coches" y no puedes identificar un lugar de crecimiento con un lugar de "estancamiento".

jueves, 24 de mayo de 2012

Vísteme despacio, que tengo prisa

Hoy en día, cuando los niños son pequeños, pensamos que solo hay que cubrir sus necesidades biológicas: comer, dormir, curarles, limpiarles…
Pero, ¿cuándo nos vamos a preocupar por su carácter, por sus estados de ánimo, por sus gustos?...
Desde que nacen nos tenemos que preocuparnos por descubrirles, conocerles,  mimarles, orientarles…
Estamos inmersos en la sociedad de las prisas. Una de las consecuencias de ello, es que al niño no le damos el tiempo que necesita para empezar a crecer. La madre, la cuidadora, el padre o quien sea la persona que se ocupa de estar con él, acaba dándole de comer, vistiéndole, limpiándole… ¿acaso no llegara un momento en el que puede intentar hacerlo solo?
Ellos lo reclaman constantemente con el famoso “yo solo”. Y las prisas, a veces sin darnos cuenta, no nos dejan educar bien. Si se lo hacemos todo, estamos convirtiéndoles en los inútiles del mañana, en los que no querrán hacer nada por miedo a hacerlo mal, en aquellos que piensan que todos valen más que él.
Podemos ayudarles con una educación progresiva, dándoles pequeños campos de actuación según la edad, a ser unas personas seguras de sí mismas, con ganas de hacer cosas, de mejorar el mundo, de emprender, de ayudar, para ello:
Vamos a darle su tiempo y su oportunidad.
Vamos a dejar que los niños crezcan, que se vean capaces de que pueden hacerlo solos.
Vamos a ayudar a que formen una buena autoestima.
Vamos a intentar disminuir la ansiedad y las prisas del mundo dándoles tiempo a crecer.
Vamos a darles las bases necesarias para construir una sociedad futura mejor